Un estudio geotécnico es el análisis pormenorizado del terreno donde se va a asentar una edificación. Este estudio permite entender el comportamiento que va a tener el terreno con los cambios a los que se va a ver expuesto. El objetivo final de este estudio es el de dotar a las partes implicadas en el proyecto constructivo de toda la información y recomendaciones necesarias para la correcta ejecución del mismo.
¿Cuándo se requiere un estudio geotécnico?
Cuando sea de aplicación la LOE (Ley de Ordenación de la Edificación) y, por tanto, el CTE (Código Técnico de la Edificación).
¿Quién puede realizar un estudio geotécnico?
El CTE especifica que «la autoría del estudio geotécnico corresponderá al proyectista, a otro técnico competente o, en su caso, al director de obra». Cada colegio profesional decide la habilitación que se ha de tener para hacer un estudio geotécnico. Tradicionalmente son los geólogos, ingenieros de caminos, canales y puertos y arquitectos.
¿Cuáles son las fases de un estudio geotécnico?
1- Estudio in situ.
Se trata de la visita al terreno del técnico especializado donde se analizan visualmente el terreno: topografía, afloramientos, existencia de agua, taludes y/o terraplenes, etc.
2- Reconocimiento geotécnico de campo.
Se estudia el terreno tanto a nivel superficial como en profundidad. A nivel superficial se llevan a cabo cartografías geotécnicas del terreno, especialmente para proyectos que ocupan superficies extensas de terreno. Para el estudio en profundidad se llevan a cabo una será de ensayos de campo cuyo número, tipo, distancia y profundidad, dependerá de las características concretas del proyecto. Los ensayos más comunes son:
Sondeos:
Prospecciones que se realizan cuando es necesario determinar las condiciones del terreno a profundidades en torno a 4-5 metros. Durante estos sondeos es común realizar ensayos in situ como los ensayos de penetración estándar (SPT) y las muestras inalteradas, que sirven para definir con detalle las características del suelo perforado.
Calicatas:
Son zanjas en el terreno de una profundidad de hasta 5 m y de entre 0,5 a 1 m de ancho.
Penetrómetros:
Ensayo de penetración dinámica que consiste en introducir un elemento en el terreno que será golpeado de manera continua mediante una maza y se realizan una serie de hincados en el terreno para estimar mediante fórmulas de correlación la resistencia a la penetración del terreno.
Además, en esta fase se define, si la hay, la profundidad y la extensión del agua subterránea existente en la zona.
3- Ensayos de laboratorio
Definición de las propiedades del terreno y las características del agua, en caso de detectarse. El tipo de ensayo se define en función de las necesidades del proyecto. Algunos de estos ensayos son: granulometría, permeabilidad, expansividad, resistencia a compresión simple, carga puntual, pH, contenido en sulfatos, etc.
4 -Informe técnico
La última fase es la redacción del informe geotécnico donde se presenta el contexto geológico del terreno estudiado, las propiedades geotécnicas y las recomendaciones de diseño y constructivas a partir de los datos de campo y de laboratorio.
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